23 de marzo de 2012

Entrevista a Ángel Calle

Difusión de las ideas libertarias o que hoy simplemente me encuentro un poco vago. El caso es que a continuación transcribo la entrevista aparecida en el periódico de la CNT número 385 de enero de 2012.

La entrevista en cuestión es al compañero, poeta, activista y profesor Ángel Calle. Entrevista a colación del volumen del cual a sido compilador (Democracia radical: entre vínculos y utopías de la editorial Icaria) y que recoge textos de diversos autores que cuestionan el modelo político actual y ofrecen alternativas.

Y ahí os dejo la entrevista.

Ángel, qué significa "Democracia Radical". ¿Eres optimista a cerca de sus posibilidades futuras?

Por Democracia Radical entiendo aquellas experiencias, presentes en todas las culturas y todos los tiempos, que hablan de satisfacer globalmente nuestras necesidades materiales, de expresión, de vínculos, de libertad, e incluso de relación con la naturaleza, "desde abajo", mediante formas deliberativas, horizontales, inclusivas. No hablo de un gobierno, me refiero más a un arte, presente en organizaciones, comunidades, pueblos. En cuanto al futuro, estas formas "deberán" estar presentes, pienso. Los límites ecológicos empujan a una descentralización en el manejo de los recursos, y habrá de ser de forma inclusiva. Lo contrario serían centralidades y guerras a nivel macro y micro, un escenario nada apetecible y que, además, tendría que buscar su legitimidad y cómo sobrevivir cuando hay límites medioambientales que nos afectarán a todas y a todos.

Somos o no somos representables.

"No nos representan" se escucha en las calles. Pero también las asambleas están llenas de comisiones, de gente que va y viene, de personas descontentas que se acercan y dicen "yo participo de esta manera, pero no de esta otra". En fin, creo que no es tiempo de disyuntivas, lo cual no quiere decir que "todo vale". El poder está por ahí, también por entre nosotros, que diría Foucault. Pues entonces hagámoslo crecer para nuestro bienestar, para nuestros vínculos. ¿Eso exige representaciones? la cuestión es cómo retorna al poder de forma constante y no caprichosa (como dicen los zapatistas), la cuestión es qué límites tienen las representaciones y, de forma práctica, cómo vamos a crear una cultura de lo común y de la solidaridad, base para una transición que, en determinados momentos puede "exigir" formas de representación. Pienso por ejemplo en que mañana se vienen abajo todos los tendidos eléctricos, porque una compañía de móviles tuvo un fallo en Australia, el petróleo se disparó a 3 euros el litro y se está acaparando, y los supermercados están vacíos. Esto nos animaría sin duda a auto-organizarnos. Pero mientras avanzamos, si no hay formas de coordinación entre personas, territorios o cualquier otro tipo de agrupación, no cabe duda que el "vacío de representación social" lo tomaría un estado más autoritario y un mercado menos misericorde aún.

¿Qué pretendías cuando te pusiste a recopilar textos sobre esta cuestión?

Indagar sobre qué hay en la actualidad que nos pudiese alumbrar sobre cuestiones relativas a cómo hacer emerger otras formas de democracia, y por eso nos fuimos a experiencias de base, para criticar incluso sus límites, por ejemplo cómo la auto-organización en una fábrica puede significar liberación a la par que una inserción privilegiada en un mercado. O al revés, como un tema como la alimentación puede producir formas de auto-organización si existe voluntad política (que no la hay, y no sé si la habrá algún siglo) de convertirse las instituciones en paraguas en lugar de en agentes del tráfico social.

El libro sale un poco antes del 15-M, en un momento todavía de parálisis social, ¿contabas tú con algo así, con la irrupción de la gente en la esfera pública?

Ay, adivino no soy, y la calle era más un deseo que una realidad. Pero venimos desde finales de los 90 viendo irrumpir una y otra vez movilizaciones e iniciativas que dicen, literalmente, que "lo llaman democracia y no lo es". Y cada vez más, jóvenes se desmarcan de los pactos de élites de la transición y quieren proponer otras formas, pero incluso con respecto a la izquierda clásica, de todos los palos, de la que, por inercia o por criterio propio, se toman maneras, propuestas, lemas... pero sobre todo aquellas dinámicas que permiten la diversidad y trabajan sobre procesos no sobre proyectos cerrados.

¿Qué había antes del 15-M? ¿Y después?, el 15-O no ha sido igual, ¿no tienes una sensación de repetición, de ya visto, de falta de acciones realmente vertebradoras, que agiten y quiebren la situación actual?

Bueno, yo digo que el 15-M se verá... ¡en 5 años! Esto es un calentamiento colectivo donde se están recodificando prácticas. Lo que ocurre es que se está llegando a más gente, y más jóvenes se incorporan. Y, en paralelo, desde arriba aprietan más. El conflicto está servido en los próximos años y a partir de ahí puede que surjan nuevas cosas, este espacio es muy creativo. ¿Puede ocurrir que la gente se vuelva a casa? desde la transición no ha sido así, no en relación a los jóvenes. Del 86 y 87 vinieron estudiantes que se sumaron luego al 92-94, con acampadas 0,7, anti-maastricht, ocupaciones y campaña 50 años bastan. Y luego de ahí saltamos otros 7 años (parece el número mágico de este país en movilizaciones) al 2000 y 2001 con las protestas antiglobalización hasta el 2004 con lo de la guerra de Irak. Y nuevamente 7 años hasta el 15 M. Y es cierto, hay un repliegue, un volver a lo local o un retirarse a casa. Pero hay un número creciente de jóvenes que se quedan, por un lado. Y por otro, los 7 años ya no son de travesía en el desierto, como se decía en los 90. Están cada vez más jalonados de irrupciones contestatarias y también de formas de organización social desde abajo: centros sociales que tienen tirón, grupos de consumo, formas sindicales más auto-organizadas, etc.

¿Hasta qué punto el 15-M y los movimientos sociales que ya estaban en marcha antes y después del 15-M contestan el discurso del poder?

Hablan con mucho desparpajo desde la calle. Y ahí esta la enorme contestación, a mi juicio. Primero porque "hablan" y sacuden el pasotismo de este país y afean a las élites sus ganas de controlarlo todo. Segundo porque es "desde la calle", desafiando los canales convencionales que consideran no útiles, lo que no quiere decir que no haya gente que los considere reaprovechables. Y por último lo hacen con desparpajo. Entran y salen de plazas cuando les apetece, tienen su hoja de ruta, hablan de lo que sea en las asambleas, a veces incluso para descoloque de la izquierda clásica. Pero también es verdad que son movimientos aún "líquidos", en el sentido de que tienen más afán de recodificar cómo nos expresamos que modificar las estructuras que nos expresan, desde el Estado al capitalismo, pasando por el patriarcado. Están más en lo político que en la política. Pero es que todo es un proceso, y no puede ser de otra forma, a mi entender...

¿No tienes la sensación de que a la crítica ciudadana hacia el poder y sus instituciones, éste ni tiene respuesta ni piensa darla más allá de criminalizar a los que lo amenacen?

La política elitista en este país sigue marcada por ese estigma, mirar para otro lado, decir que ya están escuchando, no hacer nada, y a quien proteste darle un palo. Hay un enroque de élites, como siempre, pero no se puede gobernar eternamente sentado sobre bayonetas... ¡mira Chile!

¿Por qué crees que, a pesar de como están las cosas, los grandes partidos tienen a su disposición todavía el crédito de casi 20 millones de votantes?

Porque la gente busca referencias, y el voto es casi un hábito que se equipara con participación. Un hábito repetido como un mantra por la televisión. Y a su alrededor ven pocas cosas, no las conocen o desconfían o a veces se acercan y dicen "esto no va conmigo", ya hablemos de una manifestación de gente gritando o de un centro social. No resignarse es también un aprendizaje de buscar deseos en el interior que vayan para la calle, a buscar a otras personas. Y no nos educan en ello, no precisamente.

En uno de los textos Nicolas Siguilia habla de economía moral. ¿Podrías explicarnos este interesante concepto?

Viene de Thompson, el historiador británico, aunque también muy trabajado por James Scott, antropólogo, y por el "moviementista" Raúl Zibechi. Nos dice que el poder de dominación sabe que hay límites, a veces no explicitados, y que los de abajo también saben que tienen poder. Ahora esto se está dirimiendo en las calles y en la educación o en los hospitales. ¿Hasta dónde podemos recortar? Parece que mucho, pero no sin generar descontento. Y sabiendo que existen límites. No puede ser mañana mismo que vengan con la privatización de las pensiones aunque sea la joya de la corona, la codiciada. Y eso tiene que ver con las reglas morales que se manejan desde abajo.

Otro de los trabajos del libro es una interesante reflexión sobre la participación comunitaria en el gobierno venezolano, son experiencias que también tú conoces de primera mano, ¿qué opinión te merecen?

Pues que en Venezuela hay cosas entusiasmantes y otras decepcionantes. Entre lo primero están experiencias de creación comunitaria, formas de democracia participativa, apoyadas pero no gobernadas desde fuera, y que dieron bancos locales o mesas del agua, y la gente salió a verse y a construir, y muchas diferencias se aparcaron para gestionar de forma común lo que nos afecta, y eso está muy bien como guión para explorar democracias "desde abajo".

Cómo romper con lo que tú llamas un horizonte de estufitas rojas (tribus emocionales), islitas verdes (ecolos privilegiados) y agujeros negros (consumistas alternativos).

Me refiero con ello a escenarios de cooptación, de aislamiento o de volverse serviles aparentando cambios. Son tres caminos que desactivan la búsqueda de democracias radicales, que son procesos, que son verbos en nuestra gramática actual que se han de conjugar de nuevo, aunque podamos mirar hacia otros lados y hacia el pasado. ¿Cómo no caer ahí? Yo creo que bastante es con tener conciencia de que existen esos tres peligros y que nos debemos interrogar constantemente sobre cómo de cerca estamos de ellos. 

8 de marzo de 2012

¿Qué más pueden pedir? Ya tienen su día

Hoy 8 de marzo la mujer tiene su día porque todos somos muy progres y muy feministas, eso si, el resto del año sigue siendo exclusivamente masculino.

Los telediarios se llenan de noticias sobre mujeres, sobre tópicos y sobre más y más memeces que no hacen sino consolidar al patriarcado perpetuando la dicotomía hombre mujer y mostrando al que le interese ver un poco más allá que no deja de ser un día para limpiar conciencias.

Que lejos queda aun la verdadera igualdad cuando el feminismo estatalizado mete sus garras en la lucha feminista convirtiendo a esta en una pantomima lobotomizante.

¿Acaso se puede hablar de avances cuando la mujer sigue siendo eso, un tema? ¿Mientras nos llenamos la boca de igualdad y la televisión nos sigue bombardeando con lo que se supone que debe ser un hombre y una mujer? Mujeres en anuncios de detergentes y quitamanchas, hombres en anuncios de fútbol y coches.

¿Es que acaso no somos todos victimas? Victimas de nuestro propio sexo, del prejuicio cultural. Yo como hombre no puedo llorar, debo ser duro, llevar los pantalones. Mientras que mi compañera debe desgañitarse para poder meterse en esas tallas que imponemos como correctas, utilizar maquillajes para acercarse al concepto de belleza que mamamos desde pequeños, ser comprensiva, maternal...

Pero que más dan todas esas cuestiones, el caso es que las mujeres tienen su día y todos felices.



3 de marzo de 2012

Aguardando la Revolución

Hace una semana estuve en un concentración en Sol. Dos horas de lectura de manifiestos...y después todos a casa.

Francamente me pareció una total pérdida de tiempo. Una plaza “llena” de hippies desclasados cacareando consignas que a fuerza de repetición van quedándose en meras cáscaras vaciás. ¿A caso las caceroladas, las concentraciones, las sentadas...hacen temblar al poder?.

Si de verdad queremos cambiar las cosas, ¿A qué esperamos para que empiece la insurgencia?. Y hablo de verdadera insurgencia, no las protestas lights que nos han dicho que son las correctas y que lo único que hacen es dar una falsa sensación de disidencia diciéndonos que son las vías “democráticas” (palabra que ha sido tan violada que para mi no significa absolutamente nada).

¿Qué clase de cambio puede producirse si emana de sindicatos a los que les interesa más que a ninguno el actual status quo o de partidos políticos que acechan como aves de rapiña para poder instrumentalizar las protestas para sus propios fines?

Vivimos en una guerra. Una guerra en la que nos jugamos el futuro y nuestro planeta. Una guerra de los seres humanos contra ese minúsculo porcentaje de bastardos que no se merecen la consideración de personas y que dominan el mundo.

Las soluciones yo no las puedo ofrecer ya que no me considero ninguna especie de gurú new age. Que cada cual encuentre su sitio y luche, pero dejémonos de medias tintas.

13 de febrero de 2012

Contra la moral del esclavo

(...) Y cuando veas una iniquidad y la hayas comprendido -una iniquidad en la vida, una mentira en la ciencia o un sufrimiento impuesto por otro- rebélate contra la iniquidad, la mentira y la injusticia . ¡Lucha! La lucha es la vida, más intensa si la lucha es más viva. Y entonces habrás vivido, y por algunas horas de esta vida no darás años para estar vegetando en la podredumbre del pantano”.

Piotr Kropotkin

3 de febrero de 2012

De mayor quiero ser sumiso

Desde la ventana de mi habitación tengo unas maravillosas vistas de uno de los muchos colegios que salpican la geografía de Madrid. No serán las mejores vistas en el sentido poético de la palabra pero desde luego son totalmente reveladoras sociológicamente.

Lo más molesto de tener por vecino a un colegio no son las eternas doble filas o los incesantes claxons de los coches a la hora de la salida, ni siquiera los gritos de las niñas y niños. Lo más duro de asomarme a la ventana y tener un colegio enfrente es observar a tantos niños y niñas reproduciendo invariablemente los patrones de esta sociedad.

Saber que dentro de esas aulas los pupitres se convierten en ataúdes de sueños, que cientos de niños están siendo educados en la violencia de la dominación y cientos de niñas acostumbradas a ser sumisas y conformarse con la políticamente correcta paridad que nos ofrecen los políticos, aprendiendo que en este mundo mandan los malos y que se conviertan en futuros cabrones en vez de crecer queriendo cambiarlo, saber que el ejemplo de valores transmitido es el de futbolistas analfabetos, niñas y niños interiorizando las expectativas de futuro que les ofrece este sistema inhumano para que el día de mañana, una vez frustrados, asuman su condición de ganado. En definitiva lo más doloroso es observar como el triunfo de este sistema educativo es el fracaso escolar.

Necesitamos replantearnos la educación, porque jamás debemos olvidar que la educación es la base y por eso no nos debe extrañar que sea lo que más se esfuerzan en destruir. Ante las imposiciones del poder, alternativas humanas.


3 de enero de 2012

Otro manido post sobre consumismo navideño

Ciertamente es un tema bastante manido, pero no por ello deja de ser una gran verdad que conviene recordar.

¿Cuánto vale nuestro amor hacia alguien querido (y no tan querido en algunos casos)? ¿Quizás un perfume? ¿Una corbata?...Pero una vez pasadas estas fechas no estamos a salvo. San Valentín, día del padre, día de la madre (burdo hasta decir basta, pero como oses criticarlo te conviertes en un enemigo de la igualdad). Todas y cada una de ellas destinadas a ensalzar algo a golpe de consumo.

Lo peor de todo es que la mayoría de la gente caemos en la engañifa de materializar nuestros sentimientos en días concretos y con productos banales. Desde pequeñines mamamos ese adoctrinamiento tan burdo y a la vez tan perfecto al que nos somete una sociedad capitalista y superficial.

En fin, creo que a grandes rasgos se entiende el mensaje que pretendo transmitir, nada nuevo bajo el sol. Y mi propósito para este año entrante será librarme de viejas costumbres impuestas por esta sociedad a la que detesto.

Por la lucha cotidiana, salud!

31 de diciembre de 2011

Año nuevo, ¿misma mierda?

Un año que se va, un año de intrascendencia en el que muchas cosas han cambiado para que todo pueda seguir igual. El 15-M, elecciones...Otro año en el que hemos vividos engañados y que hemos engrasado con nuestras desgracias, nuestra ingenuidad y nuestro dinero la gran rueda del mundo para que pueda continuar girando otro año. Otros doce meses en el que el noble, luchador y glorioso pueblo español estará más pendiente de la abolición de la ley antitabaco que de sus cadenas.

¿Todo ha sido malo? Ni mucho menos. Pero hay que ser justos y admitir que a no ser que las alegrías vengan a nivel personal el computo general de la situación global es, hablando en plata, una puta mierda. Evidentemente si eres otro lobotomizado todo es mucho más fácil y más mejor.

Esperemos que el 2012 sea un año de cambios. Mientras ellos sigan queriéndonos dóciles nosotros intentaremos alzar la voz. Seguiremos tratando de romper las cadenas, primero mentales y después físicas, que nos atan a esta existencia gris y vacia.

Os deseo a todos mucha insurrección en nuestras vidas durante el próximo año. Y la salud para llevarla a cabo claro.