31 de diciembre de 2011

Año nuevo, ¿misma mierda?

Un año que se va, un año de intrascendencia en el que muchas cosas han cambiado para que todo pueda seguir igual. El 15-M, elecciones...Otro año en el que hemos vividos engañados y que hemos engrasado con nuestras desgracias, nuestra ingenuidad y nuestro dinero la gran rueda del mundo para que pueda continuar girando otro año. Otros doce meses en el que el noble, luchador y glorioso pueblo español estará más pendiente de la abolición de la ley antitabaco que de sus cadenas.

¿Todo ha sido malo? Ni mucho menos. Pero hay que ser justos y admitir que a no ser que las alegrías vengan a nivel personal el computo general de la situación global es, hablando en plata, una puta mierda. Evidentemente si eres otro lobotomizado todo es mucho más fácil y más mejor.

Esperemos que el 2012 sea un año de cambios. Mientras ellos sigan queriéndonos dóciles nosotros intentaremos alzar la voz. Seguiremos tratando de romper las cadenas, primero mentales y después físicas, que nos atan a esta existencia gris y vacia.

Os deseo a todos mucha insurrección en nuestras vidas durante el próximo año. Y la salud para llevarla a cabo claro.

2 de diciembre de 2011

La prohibición del cannabis o la hipocresía social

Imaginad despertar un día y leer extrañado en el periódico o escuchar atónito en la radio o televisión que el gobierno, es más, no sólo nuestro gobierno sino la mayoría de gobiernos del mundo han prohibido una planta. ¿una planta?. Evidentemente muchos de nosotros nos preguntaríamos el inevitable ¿por qué?.

Tal caso es el del cannabis. Pero claro, la respuesta a porque está prohibida está clara: es una droga. Pero quizás y sólo quizás eh, el cannabis haya sido satanizado al margen de sus propiedades psicoactivas. Para ello remontémonos un poco en el tiempo.

Examinando los indicios arqueológicos del cannabis que se remontan al 8000 a.C. El cultivo del cannabis ha sido como el de cualquier otra planta resultando que el cáñamo tiene infinidad de usos tanto industriales como medicinales. Dos de sus usos más llamativos es como perfecto sustituto de la madera para la fabricación del papel al igual que sustitutivo del algodón para elaborar tejidos más resistentes (los primeros vaqueros Levi estaban fabricados con cáñamo).

La primera ley prohibicionista surgió en EE.UU en 1910. Esto se debe a dos circunstancias. La primera de ellas fue la exportación de la planta por un grupo de mormones que regresaban de un viaje a México donde el cáñamo era muy habitual. Por supuesto la iglesia no tardo en encontrar al maligno en aquella planta. Por otro lado, y con México también como protagonista, el magnate Randolph Hearst perdió unos cuantos miles de acres destinados a la producción de papel que le fueron expropiados por Pancho Villa. Viendo peligrar Hearst sus beneficios en la industria se hizo adalid de la campaña de desprestigio de la planta presentando el cannabis como una sustancia devastadora socialmente y aliñando sus diatribas con componentes racistas que alertaban del peligro de negros y mexicanos convertidos en bestias por los efectos de la marihuana.



Las esferas políticas más conservadoras no tardaron en apoyar la causa de Hearst (llegando a extremos de puritanismo como la famosa Ley seca). La industria petroquímica que acababa de patentar el nylon y los tejidos de cáñamo eran un peligro para su monopolio. También se unió a su cruzada la industria farmacéutica que siempre pensando en el bien de la humanidad quería ocultar sus descubrimientos acerca de las propiedades medicinales del cannabis. ¿Cultivar nuestra propia medicina? Por Dios, mucho mejor mantenernos esclavos de sustancias de laboratorio más adictivas y con muchas más contraindicaciones (basta con leerse cualquier prospecto).

Espero que esta breve retrospectiva que he tratado muy de soslayo sirva para esclarecer el porque de la absurdez tanto de esta prohibición como de tantas otras. ¿Que hay gente que se coloca con el cannabis? Pues claro, pero por esa regla de tres se debería ser mucho más restrictivo con el alcohol y el tabaco, sustancias infinitamente más peligrosas y que sin embargo se las da bola socialmente.

Ya sabéis, la próxima vez que necesitéis a las fuerzas de seguridad y no aparezcan pensad que están ocupados con peligrosos delincuentes que atentan contra la salud pública fumándose un canuto en un parque.

¡¡A la hoguera!! Una peligrosa camiseta de cáñamo